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jueves, 18 de junio de 2015

Dicha hermosa


Dicha hermosa
de volver a frisar por la hemeroteca de tus suspiros,
de volver a reírle las gracias al saludo del reflejo
prendidos desde la tangente,
con la insistencia de un columpio preferente,
empeñado
en mostrarnos el cieno de las estrellas

Dicha hermosa
de poder volver a acariciar la frase exacta,
evitando las comillas,
las de nuestras identidades sesgadas,
entre trinos y atinos,
entre sombras y jaulas

Enamorados
por el salpicar de las amapolas
entre el centeno de nuestros planes

Dicha hermosa
de poder volver a curar todos aquellos dolores sin nombre,
con tiritas de sosiegos
y alternativas carentes de etiqueta,
como el culito de rana
con su sana, sana

Dicha hermosa,
de volver a poder equivocarse
evitando los alardes del pretexto,
desde las singulares prietas
hasta el hormigueo del abrazo