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martes, 22 de diciembre de 2015

Deslumbrados


Afirmas 
sin moldura de dudas
que la sombra no existe 

Enunciando
con cariz universal
y a tiro fijo, 
que todo es luz

Te digo 
sin asientos comedidos
ni sigilos corraleros que,
a veces
veo sombras

Quizás,  
iluminadas por la iridiscencia de tus ojos,
de tus risas,
o de tus emocionantes citas,
las que enuncias
desde una ahistorica consideración


Te digo, 
y me dices,
que la sombra no existe,
que es simiente sin carcasa 
una oscura inspiración

Insistes
con eso de lo de las luces,
sin brumas caladeras
ni tropiezos de condición 

Segura desde la adicción
con ese sesgo de confirmación 
que engalana lo Barbusse 

Emulsionada emoción, 
repetida sin parangón
desde los silos de la negación

Objetivismo infame,
naturalizando derribos
a golpe de iluminación




Te digo
que de mañanas,
las hay perfilando sus pezones al Sol,
y de ingles rasuradas sudorosas
cubriendo las Barcelonas

Amaneceres
de playas luminosas
con siluetas de rateros
buscando borrachos
entre las brisas de sus tropiezos

Sirenas de suburbios
abrigando finales felices,
aseando sus posibles
por eso de estar programados
en los imaginarios del buen turista
 
Patios de serie televisiva
y henchidos proteicos frunciendo el ceño,
tras cortar la soga
del último ahorcado,
trempando sus saludos
desde las barras paralelas

Mecánicas 
de los impulsos sin tregua
intrínsecas
a la propaganda de una gran ciudad

Ejecuciones de alternativas
urbanizadas
por un mal tiesto

No importa el porqué,
ni el quién,
sólo se trata
de dejar bien el contexto,
físico y político,
por supuesto

A veces
puede resultar siniestro,
hipócrita,
etnocéntrico,
pero siempre,
siempre políticamente correcto

Ni derechas
ni izquierdas
ni sombras intermedias 

Sólo mentiras
que culminan en verso
desde los reversos de lo previsible

 Sorpresivas mañanas
de Barcelonas ajenas al comercio de la humanidad

Chiringuitos expropiados
en sus mares alegres,
 demolidos con orquestas
hasta el chirriar de los cimientos

Historias de los sesenta
que liberan espacios
para plantar rascacielos,
hoteles con velas
y desahucios
al 3%

Manchas sociales
y olvidos colectivos
coreando alaridos a la repercusión

Hace tiempo
nos velaban::
"El forat de la vergoña"

Mañanas condales
y sombras catastrales
iluminando suburbios
a golpe de disección

Hoy
 Operarios bien dispuestos
buscan sus documentos
en unos bolsillos meados,
repletos de papeles mojados,
rancios de pretextos
  
Riachuelos de orina caliente
percolan
sinuosos
por la arena hiriente del:
"Nunca sucedió"






Te digo,
y me dices,
que la sombra no existe 

Supongo que,
es por eso de ser felices
y por eso de evitar los traumas,
y por eso de los traumatizados padres
que se revientan con series televisivas

Espejismos de adultos
calibrados,
para el recuerdo angosto
de una circadiana equidad de la justicia

Seguridades sin pretextos 
que dilatan soluciones en todos los procesos,
como el de la gestión de impuestos

Presuntas palizas sin comienzos,
y políticos en diferido
televisando soluciones
para el mal recuerdo

Te digo,
que el espectro lumínico del contexto,
nos modula
hasta el ansia del saber

"Barcelona Ciutat morta"
se oía por la calle

Epigenética infusa
de traumas abruptos 
entre las expectativas del mal soñar

Cegado delirio
y juegos entre las sombras,
con sus luces
y sus espejismos siniestros

Te digo,
y me dices,
que la sombra no existe




A veces 
la luz 
hasta nos deslumbra