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martes, 28 de febrero de 2012

Pablo Manuel Cascabel

Pablo
Manuel
Cascabel,
tu voz y tu verbo
siempre han sido sabroso maná
en ese suntuoso gladiar
que acontece durante el juego del amar
entre dos corazones que se quieren,
porque fuimos y somos gladiadores
sobre estas arenas ahora extrañas
que acogieron gozosas
nuestros cuerpos desnudos,
en un deseo erecto de confuso comienzo,
alimentando el pensamiento
de no iniciar
el angélico sodomizar
que nos estaba prohibido,
condenado,
perseguido,
por aquellos nuestros padres
y ese tormentoso escoger
entre el ser y no ser
dentro de nuestro vetusto existir
en este sin vivir
que ahora lo llaman armario

Hoy,
querido amigo,
te he de decir,
que encontrarse asimismo nunca es fácil
en el seno de una sociedad marchita,
entre los muros de imaginarios unicejos
de pandereta y espada,
alimentados por una religión
afín a los mirares de soslayo,
y a unas ansias de exterminio
de todo aquello que les suena extraño,
desde el viejo cajón de sastre
de los patrones inventados,
interiorizados,
naturalizados

Canonizado
el patrón de las desdichas,
se nos impone un amar tuerto,
con la finalidad de procrear
y continuar con esa consagrada fábrica de carne humana,
desde una histórica trama
que les aseguraba la transmisión de bienes
enriqueciendo sus arcas y todo aquello del creer,
para capturar almas angélicas
y postrarlas
ante viciosos de sotanas negras y corazones putrefactos,
inhumanos diablos vestidos de pureza
desvirgando inocencias
de almas puras,
perdidas,
confusas,
entre el ser y no ser
que se mueve en todo eso querer
a otro ser humano,
amado

Ahora,
que ya somos hombres
amado gladiador,
Pablo
Manuel
Cascabel,
nuestro objetivo es luchar
por todo ese despojar
de estigmas impregnados de azufre,
que atenazan miles de gargantas invisibles,
miles de voces blancas
que anhelan poder gritar:

"Amado,
yo también te quiero"

Juntando pecho contra pecho
en un nudo de abrazo de oso,
entre dos seres humanos hermosos
que anhelan quererse,
gritando al viento:

"yo también soy gladiador
y te amo con toda mi alma"

mi amigo
mi amado,
Pablo,
Manuel,
Cascabel


 (Comentario modificado en respuesra a "Fuimos gladiadores" en Intemperancia Verbal)


sábado, 25 de febrero de 2012

Me derrumbo

Cada día que paseo
con mi lento arrastrar de pies frente a tu guarida,
carcomida por falanges de gusanos sin ojos
y los antojos de pétreas arpías,
te veo sentado y serio
cual pensador de Rodin
apoyado en su puño
anal-izando,
y es que,
nunca entendí mucho de arte
ni sobre amores,
ni desamores,
ni sobre cómo desnucar conejos con el dorso de la mano,
limitándome siempre a viajar por las madrigueras
intentando alcanzar el otro lado del espejo


Cada día
que fuerzo mi lento mirar por los ángulos rectos de tu atalaya,
invadido de voces que bloquean los vaivenes
de todas esas locuras que nunca han tenido nombre,
siempre con mi cansino respirar
de fumador pasivo de suspiros ajenos...


me derrumbo al ver tus ojos tristes
iluminados con esa sonrisa
que se escapa entre los barrotes torcidos
de tu piñata postiza,
y ese palpitar de miles de corazones
que devuelven los ecos
de un pasado glorioso,
hambriento de vida


Me derrumbo al contemplar tu paulatina caída
con esa avidez por fumar tabaco sin boquilla,
por esos esputos alquitranados con sangre que te arrancan la vida,
por ese atropellar de locomotora descarrilada
que te va empujando hacia los abismos del pasado,
arrastrando tu caer por valles de chopos y sativas indicas


Me derrumbo al oír ese palpitar que se me antoja lejano,
con un efecto Doppler de tonos graves
y agudos versos


Me derrumbo al contemplar tu autocombustión espontánea
que acaba implosionando en un sin querer,
escapando de ese ser,
a falta de puentes desde los que poder saltar al vacío


Me derrumbo al oírte reclamar la austeridad del saber estar
oculto en el anonimato,
anhelando el derecho al olvido
en un letargo de osos cavernarios extintos,
porque es lo que tiene el compartir los sueños
en este universo de desafíos


Hoy
he decidido que me iré contigo,
solo,
pero contigo,
sin preámbulos umbilicales ni ostias,
porque esta ficción no es mía,
porque cuando escribo versos me duelen las sienes y se me seca la boca,
porque a mi me gustan los alacranes más que las mariposas y las flores,
clavados por el tórax en el corcho de mis imposibles,
porque si colapsa tu mundo entre las olas de mis tormentos
este menda se hunde en el lodo de los no cuerdos,
porque si decides hundir el barco entre el tumulto de tus adentros,
esperando un Leviatán que devore tus vísceras de un solo bocado,
las cenizas de de este mundo se esparcirán
tras un Krakatoa de miméticas proporciones,
porque esto es un espacio vago y confuso,
un vomitar de pensamientos malditos de esos
que no consigo expresar como quiero,
aunque lo intento,
desde que me dijeron que no soy ávido de dopamina,
porque estoy saturado por mis endorfinas,
porque soy un introvertido de cojones,
porque antes de conocer tus condenas
pasaba de poesías sensibleras,
aunque le estoy cogiendo gusto a esta tontería del pensar
y expresar
algo más que mis exabruptos de silencios primigenios,
algo más que las sagradas comuniones
de una religión que santifica las pajas
en lugar de violar niños y niñas,
rezando por el bien del próximo violado
ocultando su vergüenza y la hipocresía de su doctrina,
que siempre han existido entre las paredes de sus bellos templos,
aunque ahora no es momento de extenderse más,
porque me pierdo con los estigmas del no muerto,
ese que me recuerda tanto a tu rostro
curtido,
tierno


Cada día que paseo mi lento pensar
por la dulce desarmonía de tus versos,
suspiro de amor con ese dolor que ya no respira,
porque no soy capaz de poder expresar
desde esta mi cáscara vacía,
esas cosas bellas,
el olor de azahar
y las lágrimas secas
que se evaporan
por haber amado
tanto



miércoles, 22 de febrero de 2012

La carrera de Pablito



Todos hemos soñado alguna vez sobre como sería nuestra vida perfecta, dirigidos por esos tópicos de felicidad inducida a través de los medios, o por esos otros que brotan directamente de nuestro imaginario social como: el tener un buen trabajo o una buena casa,... o tantos y tantos otros tópicos normalmente relacionados con la monetarización de nuestras vidas.

Las aspiraciones de Pablito siempre fueron algo diferentes. Hijo de un padre alcohólico que lo maltrataba día si y día también, cada vez que llegaba a casa borracho o frustrado por su incapacidad para conseguir trabajo una vez pasados los cincuenta, y una madre extoxicómana y alcohólica, también diagnosticada de esquizofrenia paranoide, cuya medicalización había evolucionado paralelamente a otras muchas categorizaciones diagnósticas, formuladas por otros muchos especialistas hasta dar con un diagnostico definitivo, por ahora.

En este ambiente desmotivador del primer mundo, Pablito fue cayendo en un estado de indefensión adquirida que lo encerró dentro de un cuerpo delgado y enfermizo, de cara blanca, que sólo respondía con monosílabos en determinadas circunstancias.

El único amigo que Pablito tuvo fue su abuelo, Faustino, Tino para los amigos. Tino era la única persona que le gastaba bromas, que le hablaba sin gritar, siempre que no se encontrase sedado y  babeando por el coctel de neurolépticos en gotas que le acostumbraba a dar su yerno, el padre de Pablito. La pensión del abuelo representaba las tres cuartas partes de todos los ingresos de la familia. El padre de Pablito, consideraba que había que mantener al abuelo en estado de coma inducido, para evitar que le diese por gastarse el dinero en putas, como había sucedido en el pasado; aunque un hecho tan repentino como trágico iba a golpear aun más sus miserables vidas.

El abuelo de Pablito falleció abandonado en el pasillo de un hospital, en una camilla, sin tratamiento. Lo encontraron en pleno rigor mortis agarrado a un extintor caducado. Faustino, había acudido a urgencias del Hospital de la Desesperanza por un simple cuadro de hipoglucemia. Explicaron a la familia que, por falta de glucagon y equipos de suero lo tenían que derivar a otro hospital, falleciendo tras doce horas de romería, entre esperas y traslados. Una muerte por omisión de socorro en un sistema político-sanitario neoliberal, en pleno apogeo de recortes en sanidad, en medio de un proceso creciente de muertes pasivas de ancianos y enfermos crónicos que, casualmente ahorraba a las arcas públicas: pensiones, jubilaciones, y gasto sanitario de larga duración,... en fin, todas esas cosas poco importantes y sobre las que ningún gestor piensa.

El Estado, había volcado todos sus esfuerzos en potenciar otros aspectos con mayor proyección de futuro para el país como: el abrir embajadas en el Congo, cambiar el parque móvil de los guardias forestales o cambiar las papeleras de los parques, casualmente a cargo de empresas colaboradoras en antiguas campañas del partido, tras un estudio previo a cargo de algún conocido, por supuesto; lo que si es cierto, es que paralelamente a los recortes en sanidad y educación, se aumentaron ciertos servicios como el número de las fuerzas coercitivas del estado y el stock de armas y equipamiento antidisturbios. Había que mantenerlos a raya, les adoctrinaban. Se acercaban tiempos difíciles, les decían.

El día en que murió Tino, Pablito lloró, lloró por primera vez en su vida, pero no por la paliza que le propinó su padre tras enterarse de la noticia, sino por la perdida de aquel viejo amigo que le hacía reír. Ese día su padre se emborracho como nunca. Ese día nadie durmió en el vecindario, todo fueron gritos, golpes y cristales rotos. Ese día Pablito no ceno.

Pablito, sufría un retraso de su desarrollo físico y mental. Fue clasificado como un retraso bordeline según uno de esos test de inteligencia sesgados socioculturalemente, elaborados a partir de estudios estadísticos con estudiantes de la clase media norteamericana. La clasificación de su CI fue lo suficientemente contundente para ser dejado por imposible en una clase de cuarenta alumnos y una profesora, en el seno de un nuevo paradigma dominante de la enseñanza con una concepción determinista de la inteligencia, que excluía toda influencia del entorno, relegando al abandono a todos aquellos considerados como menos aptos, o con menos dinero para ser estimulados fuera de un sistema de educación pública bajo mínimos. Aunque el retraso intelectual de Pablito, no resultó ser lo suficientemente grave para poder acceder a los programas de ayuda especial. No era lo suficientemente deficiente, le dijeron a su padre, por lo que Pablito se llevo otra paliza. Pablito, se había situado en el limbo de los coeficientes intelectuales, en el limbo de las ayudas estatales.

Desde los inicios de su escolarización, Pablito siempre fue objeto de burlas y abusos por parte de otros alumnos. También fue perseguido por los matones de su barrio, un barrio degradado, olvidado de cualquier planificación urbanística y repleto de edificios que amenazaban ruina, con inquilinos que sufrían el mobbing de los especuladores inmobiliarios con el beneplácito de las autoridades locales que, perseguían construir una ciudad más moderna para sus bolsillos.

El primer pensamiento que tuvo Pablito sobre una vida perfecta, fue el poder salir de aquello que llamaba su casa, pero su caso no fue tributario de ayuda social alguna, y tampoco tenía fácil el trabajar, por su limitado coeficiente intelectual, decían. El único ingreso que les quedaba, era  una mísera pensión por la enfermedad de su madre y una ayuda familiar que, desaparecía cada vez que esta ingresaba en un centro psiquiátrico, quedándose Pablito solo en casa con su padre. En estas circunstancias, Pablito prefería dormir junto al calor de un cajero automático, pero esto no le eximia de seguir recibiendo las palizas de algún descerebrado, aunque no siempre podía zafarse tan fácilmente de su padre. En una ocasión, lo encerró en casa y no apareció hasta tres días después, había llegado a tener que alimentarse con los caramelos que tenía guardados como tesoros, desde aquella última cabalgata de reyes, sus únicos regalos de navidad.

Tras su primer ingreso en una institución psiquiátrica por un intento de suicidio con las pastillas de su madre, Pablito aprendió a simular los síntomas psicóticos que acostumbraba a padecer su madre y los de tantos otros pacientes que conoció durante su ingreso. Aprendió a decir que oía voces, que lo perseguían, aprendió a simular los cuadros extrapiramidales para obtener más medicación, que mezclaba con colutorio para colocarse; aprendió que no existe el virus de la esquizofrenia y que lo que el dijese y cómo lo dijese, era lo que importaba para estar colocado todo el día; aprendió cómo alargar los ingresos y así no ver a su padre; y aprendió a través de la trabajadora social a solicitar una paga como su madre.

En aquellos días, la vida perfecta para Pablito, consistía en: tener una cama limpia, comida todos los días, gente que lo cuidase y le gastase bromas como hacía su abuelo, poder ver la TV todo el día, ducharse con jabón y agua caliente, perder de vista a su padre durante una larga temporada, y con el tiempo poder disponer de una pensión vitalicia y quizás, poder vivir en una residencia con piscina; pero todo eso tenía un precio, su institucionalización de por vida, su medicalización y sus recaídas estacionales para mantener el estado de las cosas, antes de aquellos campamentos de verano que no quería perderse.

Ayer Pablito murió mientras desayunaba cacao con leche y una pasta, mientras soñaba con su próximo campamento de verano junto a aquel lago con patos. Pablito murió atragantado con la punta de un cruasán, en parte a causa de su ansiedad por comer aquellos manjares que nunca había podido comer antes, en parte por el aumento de apetito que le daban las pastillas, en parte por la disfagia provocada por los efectos secundarios de la medicación, en parte por haber nacido en un sistema neoliberal ciego a la esencia del hombre; aunque en su autopsia, como todas las autopsias, se reflejaría como causante de la muerte una parada cardiorrespiratoria, y es que, desde que el mundo es mundo uno siempre se muere cuando deja de respirar y se le para el corazón.







martes, 21 de febrero de 2012

Suicida enamorado

Mi amor,
cada vez que me suicido
siempre pienso,
que no hay nada en el mundo
como renacer amortajado de esta vida
para volver a suicidarme
pensando en ti


sábado, 18 de febrero de 2012

El fin de los silencios

Murmullos incomprensibles
y esas voces que me arrebatan la cordura

Una revelación
me dijo que el Creador hizo el mundo
con sólo nombrar las cosas,
soplando su forma en barro,
hasta que un buen día el Creador calló
y permaneció callado durante milenios
observando su obra,
atrapando silencios
dentro de esa nada anterior al tiempo

Una vez colmado de silencios,
decidió repartirlos por el mundo
en el interior de la esencia de las cosas,
y así nacimos todos y todas,
callados,
carentes de palabra

Un buen día,
uno de esos silencios
comenzó a sonar con un ligero crepitar
llegando a ser la comidilla de todos silencios,
y se acabo el silencio,
apareciendo los ladridos,
el croar,
los balidos,
la palabra,
y el repicar de campanas

Aún podemos encontrar ese crepitar primigenio,
dentro de todas las cosas
tomando forma
con cada eructar
tras comulgar
con una buena espumosa


jueves, 16 de febrero de 2012

No todo va a ser miserias

Hoy
exhalando un último hálito con sabor a cáliz consagrado,
y relamiendo el azufre sedimentado de mis labios,
digiero los restos biliosos de este delirio compartido,
y pido disculpas al mundo por perderme en la madriguera de mis tormentos;
por arrastraros en este caer desde la nada,
por el simple placer de caer
y sentir el vértigo de la caída;
por despegar la adrenalina solidificada de mis neuronas
y por ese sentimiento desquiciado
que reside en el órgano de las pasiones desmedidas de mis siete infiernos,
esas mismas que acostumbran a entenderse ajenas a uno mismo,
pero que yacen aletargadas

entre el amor a las cortinas
y las flores que adormecen,

hasta hacer de este mundo
una realidad que vale la pena vivir,
con su sabor a dopamina,
ansiando querer
y ser queridos,
viviendo cada amanecer
desde una ventana
de tonos ocres
y corazones dibujados
con el vaho de dos bocas
que buscan besos
enroscados
hasta
morir
de amor


miércoles, 15 de febrero de 2012

Mercado de miserias

Ayer,
después de inspirar el último rastro de los electrones perdidos de tu recuerdo,
después de cerrar el libro de los andamios de nuestros proyectos,
eructé el mundo

Harto de tanto comer mierda enlatada

dentro de este plato mellado que nunca fue mío
Harto de este empacho de felicidad imaginada

que ahora empalaga todos mis sentidos,
porque no quiero volver a ver la agonía de tus virtudes

decantadas por los barrancos del tiempo,
porque no quiero oír más los llantos de los niños no nacidos

entre los columpios de los parques,
porque no soporto más el olor a brea de tus sobacos depilados,
porque no puedo seguir saboreando el gusto a endrinas de tus pezones,
sin toparme antes con un trozo de acero que me sabe a campana,
y tampoco quiero volver a tocar el velcro de tus costuras,
por el temor a descoser mis hechuras ya mermadas

Ahora,
sólo busco el gusto a fresa alérgena y alquilada,
por todos estos años de burdeles y amnesias repentinas,
cansado de quedarme sin dientes de tanto morder las piedras de tus riñones

Aunque si he de serte sincero,
no hay nada como los productos de huerta,
regados con aguas fecales canalizadas por nuestras venas,
en estas tierras radioactivas que han sabido de nosotros sin querer,
porque aquí ya no quedan raíces ni semillas que nos den más frutos

Sembramos las cenizas de nuestras miserias

con las manos mutiladas de gorilas extintos,
piezas de museo

y manjar en el plato de sopa de ricos caprichosos,
creyentes devotos de esta nueva religión postmodernista,
que desampara la vida ajena en frascos de formol con tapa verde,
que empapela las paredes de nuestros cuartos con fibras de amianto homologado
y que espera la extremaunción del exabrupto de nuestras miserias


Todos los días
entre oreja y oreja
en Telecirco



lunes, 13 de febrero de 2012

Bostezares proletarios


Bostezares,
en este ambiente oscuro
de mis mañanas migrañosas
no encuentro unos calcetines
para poderme calzar tus botas,
esas de proletario
acostumbrado a luchar por algo,
esas que no te caben,
desde que dejaste de comer
chusco
y empezaste a comer
churrasco

Camarada,
dime
donde las guardas,
dime
si me las dejas,
pero dímelo con premura
por que hoy al alba
me echan

Dicen
que soy ya viejo,
dicen
que estoy enfermo,
dicen
que es por mi culpa,
el ser pobre,
trabajador
y tuerto

Ya mayor,
sin prestaciones,
y sanidad privatizada,
subastan mis órganos
sin miramientos
por ser miserable
en estos tiempos

Quizás tarde
me las dejaste,
quizás tarde
nos dimos cuenta
que muertos
ya no cobramos
paro,
jubilación,
ni herencias



 

sábado, 11 de febrero de 2012

El pringao miope de la última fila

Escribir
poemas...
No soy poeta
Al decir poeta,
se dibuja una sonrisa de idiota descubierto
en mi cara,
una de esas condescendiente
con el grado de estupidez
que despierta un geosinclinal invertido,
porque no soy
ni tan siquiera aprendiz de poeta,
simplemente,
no soy
Es sabido
que siempre odié las letras
y esas clases de literatura soporífera,
con sus pelotones de fusilamiento de cara a la pizarra,
y mi profesora doña María,
astuta y perspicaz,
una auténtica zorra 
en aquel corral de pupitres de fórmica verde,
tallada a mano a golpe de alfiler

Aquel ofidio del verbo
siempre tenia una frase ingeniosa en la boca
mientras te ridiculizaba frente a toda la clase,
con su empalagosa elocuencia,
porque
por aquel entonces,
uno no se enteraba de nada,
desde aquella última mesa de la esquina
adjudicada por decreto
Porque hablaba en clase
me decía
Cómo no iba a hablar
si no veía la pizarra
Con el tiempo
descubrieron que tenía miopía,
y por aquel entonces no llevaba gafas,
era el típico pringao miope
de la última fila

Cada vez que le soltaba alguna escusa
que se me antojaba irrefutable,
me replicaba sin pestañear:

"Te conozco bacalao
aunque vengas disfrazao
y con los pies mojaos"

A lo que siempre le seguía un castigo
por presunción de culpabilidad

Por más que lo intento,
no puedo olvidar sus sentencias,
sus sonetos de Lope de Vega
y todas esas otras rimas
que tengo incrustadas en mi lóbulo occipital izquierdo,
de la misma manera
que no puedo olvidar cantar la tabla de multiplicar del uno
¿Cómo voy a evitar las rimas, si me riman hasta las ideas?

Aquellos
eran otros tiempos en las aulas
Mi profesora,
acostumbraba a fumar en clase,
a repartir collejas si te pillaba hablando
o si creía que hablabas,
y a suspenderte con un cuatro coma algo
Siempre!
Se conoce
que la agonía,
fija más que la muerte súbita

Ahora
que ella ha muerto,
la recuerdo con una mezcla de nostalgia
y de odio en almíbar,
debido quizás
a lo que se ha dado a conocer como Síndrome de Estocolmo,
que no dista mucho
de hacerse colega del matón de clase
o someterse al macho dominante de la manada,
llámese gorila espalda plateada
o profesora de literatura,
en una sociedad
en la que las ostias
formaban parte del curriculum escolar
Puro instinto de supervivencia
de los débiles frente al poder
Una variedad coloquial del término
describe lo que es el típico pelota

Cuando terminé los estudios de EGB
Mi profesora se reunió con mis padres y conmigo
en septiembre,
como siempre,
para decirles que el pobre chaval,
o sea,
yo,
no servia para estudiar,
que quizás
estudiar un oficio sería la mejor salida
Mientras mi orgullo de adolescente descarriado
crecía y crecía en mi interior
como la molleja de un pollo con un compresor metido por el culo
inflándose mis yugulares
rechinando mis dientes
pensando para mí
que esa tía 
se había propuesto joderme la vida
Por suerte,
la enculturación de mis viejos había sido la tradicional,
la de querer enviar a los hijos a la universidad
para hacer algo bueno,
sin tener ni idea del que

Finalmente,
estudié a la vez Formación profesional y Bachillerato,
luego vinieron el COU
y la Selectividad,
que aprobé en septiembre,
como siempre
Una vez en la universidad
me gusto tanto...
que uno de mis hobbies
ha resultado ser
el coleccionar carreras universitarias
No se para que,
pero amontono los títulos en un tubo
Quizás es una reminiscencia de ese orgullo atragantado,
que brotó aquel último día en el colegio
Quizás forma parte de la programación
de toda una generación sin expectativas de trabajo,
la generación del baby-boom
Sea lo que fuere,
me pagué los estudios trabajando
en una modesta primera profesión,
que me lo dio casi todo
Poco después
conocí a Bigmouth
entre una infinidad de historias para no dormir
en aquellas noches delirantes de locura medicalizada
hasta que un día nos dieron el alta del Olimpo

Por aquel entonces
el viejo Mariné-ro
me descubrió al Gran Lebowsky
esa película que admiras, Chatnoir,
a Jim Morrison
y aquellos viajes estelares
de los que él aun no ha vuelto

Durante mi deriva formativa por la universidad
aprendí cosas como que:
- el sacarse una carrera era una cuestión de tiempo,
junto a unas mínimas capacidades
A más capacidades más fácil
- que no siempre el primero de la clase tendrá el mejor trabajo
Una vez se alcanzan unos mínimos,
es mejor conocer gente
- que el tener carreras no te exime de ser un gilipollas
He conocido muchos gilipollas con carreras
- que una carrera no evita estar en la cola del paro
Hay carreras que te conducen directamente a ella
- que para ser un pedante no hace falta tener una carrera,
dices que la tienes y punto
nadie va enseñando sus títulos por ahí
Después está la falsificación de títulos,
pero esto último lo descubrí trabajando
y en la sección de sucesos de un periódico
Conocí a ese médico
por Dios!

Ahora,
haciendo retrospectiva,
no puedo dejar de pensar
en aquel último discurso vejatorio
contra mis potencialidades académicas
En aquella agonía de los cuatros y pico,
y en si esa fue la última artimaña de mi profesora
para conseguir un efecto rebote,
y espolonear así la motivación intrínseca
de un adolescente descerebrado
Esto último nunca lo sabré
pero está claro
que doña María
era una zorra astuta
Descanse en paz





 


lunes, 6 de febrero de 2012

Contando copos de nieve

Nieve
y ese frío intenso
Ayer vi nevar
livianos copos de suspiros sin dueño,
cayendo desde algodones contaminados,
por las últimas exhalaciones de suicidas enamorados


Aún se pueden oír declaraciones de amor
por los callejones de esta impersonal ciudad,
y el suspirar romántico en algunos cafés
y transportes públicos,
aunque ya no se oye hablar de proyectos de vida,
como comprar un piso entre dos,
formar una familia
o tener hijos

Puede ser un sesgo de mi edad
o un coctel de sordera selectiva y envidia sana,
quizás es una simple autoprotección de mi yo,
por no haber pensado nunca en tener hijos
Sea lo que fuere,
hace mucho frío y nieva

Siguen cayendo copos sin nombre
deshaciéndose y convirtiéndose en barro,
empujados por un gélido viento impersonal,
que los arremolina y los hace chocar,
distorsionando y truncando sus trayectorias

Ayer conté unos cinco millones trescientos mil
Hoy sigue nevando,
y anuncian más frío
y viento
para mañana

 

viernes, 3 de febrero de 2012

Los hombres no lloran

Caer
al suelo
desde una altura moderada
Un impacto súbito
que deshace mi compostura
de éxito grupal,
traje de marca
con zapatos a juego
Un movimiento rápido
de desatino comedido
con un aire de sorpresa,
y esa vergüenza social
incrustada en el hipotálamo
que pesa más que la sangre de mis manos,
que mis rodillas peladas hasta el hueso,
que los seiscientos euros de tela hechos jirones
y ese dedo roto que se contorsiona hacia un lado,
que me duele como un demonio,
que me marea,
aunque me esfuerzo por mostrar que no lo siento
No puedo expresar mi dolor,
pero mis lagrimones me delatan
Me levanto del suelo con un brinco,
todo orgulloso,
con ahínco,
y sigo caminando con la cabeza bien alta,
con ese marchar de tipo elegante
y un controlado deseo de huir
de los testigos del momento,
de las pruebas de mi escarnio,
porque los hombres no lloran
Eso me decía mi padre,
eso me decían mis amigos,
eso que veo por la tele
Normas sociales implícitas
que me hacen hacer
sin querer,
que me hacen sentir
sin saber
quien soy
en esta jaula de grillos




jueves, 2 de febrero de 2012

Un blogsque encantado

Ayer
Pluma Roja me advirtió
sobre un bosque encantado,
aunque ahora que ya es tarde
me dejo caer extasiado

Locuelos ellos me miran,
gnomos, duendes y enanos,
anhelando respuestas secretas
sobre el tótem que yguana rosa ha soñado

Acudo a mi guía de sendas,
a mi Pharmacotheon codiciado,
ese que tú, Sincopada,
deberías leer de antemano

Sarco y Bigmouth desnudos
danzan con simpáticos saltos,
entorno a una pequeña hoguera
meciendo sus pendulantes rabos

Compases de mj se imbrican
melodiosos entre susurrantes cantos,
mientras la voz de chatnoir nos advierte
que hay humanos cercanos

Sátiros y hadas del bosque
mostrémonos complacientes sabiendo
que hay pasaportes sin alas
que rompen las cadenas del tiempo


(Para todos los sátiros y hadas que nos visitan)