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miércoles, 31 de julio de 2013

Lapón varado


¿Lo piso?

¡Písalo, písalo!

Esto es lo que suele suscitar la pesadumbre de mis cisnes

Apesadumbrado,
derivo levógiro hacia una cloaca de intrigas
…mientras me pregunto
sobre el valor semántico de la desesperación

¿Lo piso?
... y sin querer,
me vuelvo a preguntar lo mismo

Aunque,
saberlo, saberlo…
pues es difícil de saber

¡Písalo, písalo!

Jadeo gorgoritos con mis gargajos de cazalla
como cada viernes por la tarde
antes de irme al carajo

Evaluando mi culpabilidad infundada,
abrumado por los tumores de los rumores voraces
y los vicios de las novicias
y sus mentiras y medias

Espeluznantes estrategias personales
que aplastan al que sólo quiere ser oído,
dentro de esta puta madriguera de cortejos

 
Gorgoritos,
gorgoritos

Fusilamientos diferidos de ruina amable,
que ni tan siquiera intentan ocultar su eco

¡Písalo, písalo!

Canta la sarna junto a la ventana 

Interrogado,
apoyo mi cráneo
sobre el bordillo de esta epidemia sin nombre,
preguntándome al oído,
... si hincando los modos en el suelo,
podría descubrir alguna vez
la desnudez de estos versos sin caja


lunes, 22 de julio de 2013

Esbozos torpes


Cuando era chico,
las pesadillas se solían dibujar de rapidillo y a lápiz
Siempre destacaban como esbozos torpes de avance apresurado
Siempre como lustrosos claroscuros de carboncillo erosionado
Polvo negro amalgamado entre deditos inexpertos
Carne de pedrera
Olfato de pocero ciego
Calibrador de detonadores inestables
subastado al mejor postor

Los pringosos dacs,
les conferían algo más que eso que llaman naturalidad,
algo más que aquel empalagoso broche arco iris
que irritaba tanto la tiña de mis ojos

¡Qué tiempos aquellos!

En los que los sparrings del verdugo
sólo tenían que chupar la lona
en el primer asalto

Hoy en día,
todos aquellos esbozos torpes
se comulgan con pesadillas garrapiñadas
Proclamas negligentes sin pasmos ni pestañas,
y con los dientes incrustados en el paladar


viernes, 19 de julio de 2013

Trozos


Damian,
el acostumbrado risco del chivo feo se raja,
cuarteado en dos partes asimétricas

Trozos
descorchados y brindados
con cava Brut Nature Gran Reserva,
y ahumados con racimos de mota seca

Asimetrías
que bloquearían la voluntad
de cualquier obsesivo y compulsivo deseo
de ser perfectos

Recreados
en el cumplimentar espeso
de este nuevo Cyborg-test

Delirio compartido de estar formando parte de algún complot conspirativo
que busca carne fresca
para su hoguera

Porque este hogar se quema
Los resquicios del Olimpo se dispersan
en una siega prematura
que brota oscura
entre los arrozales
de esta
la que fue nuestra quimera

Despídeme de David el tuerto,
del afable pirata de corazón labrado,
rancio marinero de extirpada hiel
y amalgamas coronadas con esputos pancreáticos,
El jodido chaman de pipa labrada
que dedica poemas
a la niña de su ojo,
el bueno

Por último,
mi amigo pasajero,
observa bien los peces del río,
y vigila el quebrar de la corriente,
y si puedes,
escapa pronto,
escapa hacia el Mar
lejos de la avalancha de piedra y barro que se advierte,
que aun siendo torpe y parecer lejana,
será tan mortal como inmoral

¡Suerte!


martes, 16 de julio de 2013

Carne cruda


Sobrio y en pelotas
espero la decadencia del pasito a pasito,
a las puertas de este hospital muerto

Muerto de risa y llorando,
Aterrado por el temor de todas esas voces sin cara

Aterrado por ese locuaz silencio
que atiborra las malas lenguas del fusilamiento
entre estrofa y estrofa

Abandonar la anormalidad al silencio
es sencillo,
consiste sólo en bajar el listón del conocimiento,
o lo que otros llaman
heredar tarados
a beneficio de inventario

Y ahora no hablo de enfermedad,
ni tampoco hablo de sufrimiento,
hablo del olvido y del estigma
de todos esos residuos del hacinamiento
de esta inclemencia colectiva

porque
por estos lares,
se abandona la locura
a la anormalidad de la cordura

Se deliran protocolos
que supuran defenestraciones
de pensiones de incapacidad

Maniacos mimos
de amor y desmesura
sacudidos
a golpe de melocotón

Ahogada carne cruda
devorada por esta sierpe cornuda
de camas clausuradas
y venenos de privatización



jueves, 4 de julio de 2013

La herrumbre de las asimilaciones


La extrema-fundición del clavo corroído,
extraído del carcomido travesaño que acogió una mano moribunda,
ensartada a él
durante el saeteado rumbo de los escogidos,
nunca sonó a despedida
porque,
el peregrino mandamiento del olvidado reo,
recondujo el bárbaro atropello del saqueo,
ondulado entre la brisa salada de los estandartes,
reverberando entre los oxidados galones de los dominantes,
hasta coserse en las prendidas telas que azuzaron las falanges del hambre

Disuelto ahora,
en un ácido fuerte con olor a flores,
continúa cercenando el deseo de los hombres,
el de los recios rasos de la Edad de Hierro,
el de los mismos que suplieron su libertad a golpe de degüello
porque,
en el fondo,
el renglón torcido del pretexto,
sigue zurciéndose con hilo de oro y trabajada filigrana,
aunque se perfile austero
entre la herrumbre de nuestras asimilaciones