Somos finitos

Siseo sensual,
y saturación de perfume barato
con matices sin vacíos

Afanoso atropello
por las prisas de la masculinidad,
exhibiendo bríos por los descosidos

Desahogos de escorbuto asincrónico
pidiendo ayuda

Atropello: ¡Ya está!

Somos finitos,
como la indefensión adquirida por los receptores sinápticos tras un orgasmo,
y cuando no…
es porque irrumpe una pérdida de conciencia,
dotada con frecuencia de reproches estériles,
y a veces con sorpresa

Atropello: ¿Cómo me ha podido pasar esto a mí?

Sin duda,
la respuesta
nunca resulta indiferente

Esperanza: ¡Sigue, sigue,...!

y como siempre,
la esperanza,
es lo último que se pierde

Férula de martes

Filosofía: ¿Progresamos?

Historia: ¡Por supuesto!

Desde las aulas de lo diferencial

con ese enfoque triste
de un mundo feliz espeso,

requiriendo de la fauna de rutina,
superando la oclusión
del tránsito intestinal
del día a día

Palpos mecánicos
buscando
afanosamente
el consuelo de algo conocido,
algo que parezca auténtico,
ya sea real o ficticio,

y aunque sepa a cáncer,

a capricornio,

o a cualquier otro signo del zodiaco

que describa como somos

o cómo debemos ser

Desde lo naturalizado
de un imaginario colectivo,
conformados
con el devocionario del tropiezo,
y un sentimiento de pertenencia a algo
siempre a mano,
mirando por la angosta cerradura
de un etnocentrismo singular 

Pertrechados,
con la superchería del cobijo bajo el brazo,

clamando por el abrigo divino
hasta explotar de amor
bajo la luz de las esquelas
Perfilados al alba,
con sus trapitos al viento,

a lo "fashion wave" sincrético,
gritando con gallitos al cieno
y siluetas de Don Diego
despuntando 
sobre el calvario de los adoquines

Pustulares urdimbres, 
reafirmadas 
bajo un paradigma dominante,

uno de esos de sátira obtusa,
uno de esos de localismos excelsos,
emulsionando destinos lejanos,
bien lejos de las grietas del contexto,
y de todos los gritos del pretexto que,

desde la historia,
una vez más,
clamarán a los salvadores del patio,
a los contorsionistas de cielos,
rezarando,
una vez más,
por la especular rima de las sumisiones 

(siete halos después) 

Filosofía: ¿Progresamos?

Historia: Falsificar la fecha de nacimiento, nunca fue delito grave, como lo es el de la grave gravedad que nos invade, a las puertas del cieno de las estrellas, desde otro infierno infame, reflujos ajados y paradigmas paralelos.

 

Comentario modificado en respuesta a "Fauna de martes" en SuperBogarde 

Heródoto apolillado

Cosmo: Si mi inspiración, no sucumbiera a las cuadrigas de la dispepsia, escribiría mis memorias

Caja: Cosmo, mi predicado austero, sólo es cuestión de método, lo que le lleva a uno a evitar la sinalefa del desastre

Como en la Biblia
o en la historia de Roma,
sería más creíble esperar unos cientos de años
antes de escribirla,
siempre resultaría más creíble,
y si apareciese lo sincrónico del asunto,
se le llama apócrifo o irreverente,
enunciando con carácter,
y aseverando sin carencias, 
y se procede a su quema
en la pira de las verdades oscuras,
la de los paradigmas impuros,
con el eco del buen anuncio, 
... y ¡ya está!
otra de historia contrastada para la escuela

Otro caso sería
el de las rimas populares,
el de los rebaños de Espuña,
el de los chorizos curados de espanto,
el de los Lobbies de escaño
de enunciados sabios,
clamando por un pichigüili de espanto, 
ya sabes,
uno de esos horteras,
de plástico fosforito y delgado,
como los de siempre, 
y recetados a doble cara
en cualquier panfleto del currículum escolar,
... y ¡ya está!
una de nueva generación consensuada
de miopía sutil,
y a seguir llamando pantanos a los embalses.

Comentario modificado en respuesta a "Héroes de alquiler", en Super Bogarde