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miércoles, 12 de abril de 2017

Diez


La costumbre: !Deme diez!
(Le pide solemnemente la costumbre a la sorpresa)

Una decena de eso,
quizás por lo del redondeo al alza,
o por cuadrarle los caprichos a los dedos

Heurísticos digitales
calados hasta los huesos

Un sistema preferentemente decimal,
un paradigma de numeración posicional
con punto y coma

Cuadrados
entre todo lo convencional,
desde un objetivismo seminal
sin cuestiones ni testigos,
por eso de los mandamientos consentidos,
por tratarse del número perfecto

Un egocentrismo calculado,
colgado entre las ramas del árbol inverso,
el que guarda los diez nombres secretos de Dios

La sorpresa (guiñándole el ojo a la costumbre): No secuestres el brío de tus posibilidades,
y pídeme nueve y un pellizco

La costumbre: ¡No! ¡Basta ya de tonterías y deme diez de eso! …y cuídese de los tropiezos de la diferencia, que los aires van cargados de contextos cua-dri-cu-la-dos