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domingo, 25 de septiembre de 2016
Mañanas de sorpresas
Saludas risueño
con tu sonrisa lisa,
con la mona fugada por las aristas del marco,
con ese saber estar
enculturizado y aséptico,
característico de los pródromos
de las previsiones del tiempo
Sonríes afable,
entre ensoñaciones mudas,
con la ausencia de tus gafas rotas
precipitadas hacia el vacío
mientras coreabas entre el gentío
“Repentless” de los Slayer
Cuesta fijar la atención
cuando los ángeles de las previsibilidades,
bailan alusiones a ritmo de desguaces
Sinceramente,
no sé a qué esperas
Es sabido,
que no hay mañanas de sorpresas
sin las tardes de sus sueños,
aunque el eco de los fracasos
pretenda cercenar nuestras posibilidades de éxito
Sinceramente,
no sé a qué esperas
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