Uñas negras
por el recuerdo atrincherado
entre la base sensible de la carne
y la queratina fría
Un intento
de no perder el sedimento del esqueje
de esa soledad marchita,
que no comparte ni el perdón
Una autocompasión que grita hambrienta
desde el dermatoma de nuestro hígado,
subiendo hacia el esternón
para girar luego hacia la espalda
y quedarse para siempre
Cada vez que contemplo una vieja foto
con sus recuerdos y sus promesas,
con sus risas y sus sombras,
y con aquellas coloridas cometas
que nunca más retomarán el vuelo
Esos días
no me corto ni las uñas,
ni me afeito,
ni me lavo los dientes,
porque quiero conformarme como abono sucio
desde una constricción
que abrigue el abrazo de la culpa,
si es que fui culpable de algo
Sucio,
y con las uñas negras
entre la base sensible de la carne
y la queratina fría
Un intento
de no perder el sedimento del esqueje
de esa soledad marchita,
que no comparte ni el perdón
Una autocompasión que grita hambrienta
desde el dermatoma de nuestro hígado,
subiendo hacia el esternón
para girar luego hacia la espalda
y quedarse para siempre
Cada vez que contemplo una vieja foto
con sus recuerdos y sus promesas,
con sus risas y sus sombras,
y con aquellas coloridas cometas
que nunca más retomarán el vuelo
Esos días
no me corto ni las uñas,
ni me afeito,
ni me lavo los dientes,
porque quiero conformarme como abono sucio
desde una constricción
que abrigue el abrazo de la culpa,
si es que fui culpable de algo
Sucio,
y con las uñas negras
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