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lunes, 6 de abril de 2015

Dame tiempo


¿Cómo...?
¿Qué no chasqueo bien los dedos?

Tú,
dame tiempo...

Por ahora
sólo me atrevo con silbidos de terciopelo,
con tarareos casuales,
percusionando,
de vez en vez,
baldosas abisales,
sujetándolas entre los dedos,
y entrechocándolas a lo bravo,
atrapándolas,
dejándolas,
convulsionándolas,
desde los olvidos torpes
del trajín de mis muñecas

Sinsentidos de poseso,
acallando megáfonos,
gritos y sirenas,
con ese olvido sordo,
que siempre se agradece
desde un mal cuento

Tú,
dame tiempo...