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jueves, 26 de noviembre de 2015
Somos finitos
Siseo sensual,
y saturación de perfume barato
con matices sin vacíos
Afanoso atropello
por las prisas de la masculinidad,
exhibiendo bríos por los descosidos
Desahogos de escorbuto asincrónico
pidiendo ayuda
Atropello: ¡Ya está!
Somos finitos,
como la indefensión adquirida por los receptores sinápticos tras un orgasmo,
y cuando no…
es porque irrumpe una pérdida de conciencia,
dotada con frecuencia de reproches estériles,
y a veces con sorpresa
Atropello: ¿Cómo me ha podido pasar esto a mí?
Sin duda,
la respuesta
nunca resulta indiferente
Esperanza: ¡Sigue, sigue,...!
y como siempre,
la esperanza,
es lo último que se pierde