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domingo, 15 de mayo de 2016

El humo de nuestras lecciones


Te llamo,
y un tres de mayo
apareces desde el suelo,
con tus gafas oscuras,
barba de tres días
y aires de tunante cervecero,
caído de bruces
una y mil veces,
respirando despacio,
sin vesícula,
sin clavícula,
y con el hígado y el páncreas por los suelos

Mientras te lías un pitillo
me hablas solemne
de la niña de tus celos,
y de sus besos crecidos,
y sobre el aire de sus juegos:
que si saltando a la comba,
que si cantando y soñando sobre su boda,
mientras tú,
preocupado
sudas todas sus bromas

Que si vestida,
que si en bikini,
que si en bragas o desnuda porque,
dice que se quiere casar
entre la incerteza de la hambruna,
probando con la rueda de la fortuna,
la que nos sueña sumisos
y sin tiempo

Elaborando
desde sus patrones aprendidos,
desde la normalidad acrítica del “te sigo”,
eso que nos hace felices,
o infelices

Ahora,
perdidos entre los cuentos,
nos sabemos supervivientes
de los inocentes sustos
que se deforman día a día,
difuminándose,
con el humo de la hierba del pasado
que ahora comulga
del recuerdo de nuestras lecciones



Para David,
por el humo de nuestras lecciones




2 comentarios:

  1. Qué hermoso.
    Feliz ha de sentirse David!

    Abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias P MPilaR por tu alentador comentario.
      Respecto a David…, siempre es inspiración.… Feliz estoy yo de haberme abierto los ojos y empujarme al abismo.

      Abrazos

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