Cómo esquivar los prosaicos modos
al ver regurgitar los mastines de las diferencias
Cómo expresarle al odio
el querer vivir en paz
sin más sabedores de futuros ni charlatanes de feria
Cómo explicarles a mis amigos
que la devoción mesiánica y su idolatría
tosen clavos todos los domingos,
desde el púlpito de lo político,
abonado con nuestras miserias
Me aconsejan callar
por eso de los silencios y sus silenciadores,
por eso,
por lo que claman las identidades de desfile,
entre sus dicotomías de amianto
y las manipulaciones del “calla y sigue”
Cómo poder expresar,
la congoja rancia
que late hiriente entre el abecedario,
por el reiterado intento de camuflar
la D dictadura en la atropellada democracia
“El silencio es salud”
reza lo implícito de la galantería,
con su sonrisa de hipocresía
y sus manchas carmesí
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