Bruma de anonimato
discurriendo sinuosa entre las corpusculares sombras
que bailan jaleos al son de sus arrastres
Dibujadas ensoñaciones crudas
que gritan sus ayeos a la luz de farolas de sodio
Alma amable de espectro frío
escucha pronta el llanto mío
Lamento entrecortado
que fisura el aire con un arpegio menudo,
mientras unas lagrimas contenidas
se precipitan torpes
contra los adoquines helados
de una acera de París
Alma amable de espectro frío
escucha pronta el llanto mío
Latidos con alzapúa
que intentan atrapar su vida,
gritando de forma sorda
un preludio que suena a afilla
Alma amable de espectro frío
escucha pronta el llanto mío
Miercoles 19 de enero
a la hora del baile de la azucena,
entre zapateados de olvido
y una deshumanización que aliena,
muere a sus 84 años René Robert,
luz de fotones de acetato flamenco,
abandonado en el suelo,
de una de esas ciudades de tumulto
que acaban en el charco de un mal cuento.
Alma amable de espectro frío
escucha pronta el llanto mío
Agonizante,
tras nueve horas de intenso frío
frente al número 89 de la calle Turbigó,
la humanidad se eclipsa
entre la psicopatía enculturizada
y sus lentejuelas de espanto
https://elpais.com/cultura/2022-01-27/el-fotografo-rene-robert-muere-congelado-en-las-calles-de-paris-tras-una-caida.html
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