Cuando el destino nos alcance

 

Distopia de saludo torpe,

con traslucidas siluetas fluctuantes

pidiendo paso

a través de vidriera de las revoluciones salvajes

 

Deglutir espeso

de grumosos copos de “Soylent Green”,

rezumando prisas

sobre el crepitar de nuestros cuencos

 

Un brindis al Sol

y lacerar a otro viejo rico en el tumulto,

en el concurso de los saqueos del hambre

y su caciquismo devoto

 

Zozobrar de esquemas

con los síntomas de epidemias pasadas,

y naufragios de adscripciones de clase,

arrastrándonos por las trincheras

en la guerra de lo siniestro

 

Una nueva crisis de especie,

gritando al aire:

“las hembras y las crías primero”

 

Paradigma devoto,

que frisa por las igualdades tuertas

imbricadas en el dictado del buen progreso

 

Puño en alto,

cuerpo recto,

congregados en un campo yermo,

esperando volver a oír

todos aquellos ecos de lo espeso,

gritando al aire:

“las hembras y las crías primero”

 

"Cuando el destino nos alcance"

reza el sesgo implícito en lo viejo,

mientras reverbera su pasado

en los ojos del nuevo comienzo,

gritando al aire:

“las hembras y las crías primero”