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viernes, 5 de abril de 2013

Sentida


Entregada,
deseosa de una caricia saboreada,
aun no saciada
desde el deseo oculto

del esperar algo más,
del esperar algo más y más fuerte,
como el sentir salvaje
 

que lacera los aullidos de la carne

Pulsátiles espasmos
que conducen al desfallecimiento,
a la redención por indefensión adquirida,
a la derrota compartida
de una entregada morada
que acoge el tumulto de un instante