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sábado, 14 de diciembre de 2013

Noche ciento cincuenta y ocho


Baldía veta
de poemas conversos
abatidos y ausentes

Tosca forma
de añorar lo no presente

Arista
del torpe anonimato
desde la moldura del poso
de un filtro atosigado
por el prosélito café
de sus domingos

Siento
no encontrar los colores
aun fumándome las uñas
de mi última cosecha
de anomalías temporales

Torpe como nunca
en estos momentos
que definen la nostalgia
de un extraño,
de una extraña

Santos
no inocentes,
huérfanos
de tus alas

Trazos inconclusos
de esbozar mañanas,
para poder sobrevivir
a las denostadas tabas
de nuestras noches