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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Si no vuelvo


No me extrañes si no vuelvo
Confuso destierro reboso
desde la distante sima
del que rima
el destiempo

Ensimismado,
mismamente anzuelado,
por las miradas reflejadas
sobre el pulido cuenco
del fondo de mi cráneo

Rasposa tiña
de visiones duplicadas,
polarizadas y proyectadas,
solapadamente,
sobre un lienzo plateado

Tridimensional ceguera
de estereoscopía colectiva,
que suplica
el poder chapotear
en el charco de los comienzos,
aunque sea 
desde un estar bidimensional
que sucumba al frío del miedo,
pero
sea lo que sea,
que tenga un comienzo bonito

Mimo esquivo,
escupido timo
de improvisadas oquedades promulgadas,
rellenadas
de cacao de ambivalencias

Digo,
digo deseo
de  alimentar mi ego
con obleas de alcanfor,
gustosamente labradas
con la filigrana trabajada,
con los nombres
de los que no volverán nunca más
a comulgar abrigos

No me extrañes si no vuelvo
porque,
es lo que tiene el destiempo,
que como el destierro,
comienza a despuntar al alba
de nuestras constreñidas prisas,
de nuestros finales tremendos,
de esos
que nunca comienzan solos,
de esos,
en los que un comienzo bonito
mitiga el brillo de sus aristas,
las mismas
que enarbolaron nuestros silencios