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viernes, 11 de abril de 2014

Catatonía angular - II



Paralizado,
por una somnolencia autoinducida,
vacío de las esencias de un pasado

ahora extraño,
me fundo en el barro del hastío

con un bostezar sin halo

Indefinido,
mutando como organismo sésil y desgarbado,
enraizando las
esencias enquistadas

entre las cuatro paredes de este nicho ocupado
 

Anudar sarmientos de lamentos ojerosos,
ayuda algo,
pero no a sobrevivir al congojo,
ni al contagio del decidir por fin,
enterrarse vivo,
para no hipotecar el aplauso
ni la sonrisa fácil,
por un mero signo de condensación

Soñar
con una nostalgia carroñera,
sobre el anhelo

de generar unas tumorales alas transparentes,
y poder sobrevolar

el ondular cobrizo de tu cabello,
arrancando las farolas de los parques,

evitando su opacidad,
y el destello
de la puñetera casualidad,
de toparme con cualquier pedúnculo erigido,
entre tu brios y ondulares
y la presbicia mis cristalinos


Choni: ¡y tú...! ¡Empanao de la vida...! ¿Qué coño mirabas?
Manolo: Nada cariño..., el apolillar de las farolas... y tu sombra.