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jueves, 19 de diciembre de 2024

Los mimos de la angustia



Despertado
que no despierto,
en una mañana de corrales sin gallo,
una de esas,
de fichajes del rosario,
de cambios de turno preferentes,
de encontrarse frente a un superintendente,
el oligarca de los cargos intermedios,
plantado frente al supermercado del ascenso,
asiendo en sus manos
un quintal de tetrabriks de caldo de pollo,
de verduras y de carne arrancada a bocados,
con sus tiras musculares masticadas,
a la zozobra
por unas calles sin nombre

Caducos cuencos
de consumos sin cazo
estiran sus ecos
hacia unos escalones sin pisos

Una vieja
institucionalizada,
de pensión precipitada,
grita desde el desquicio de una ventana
hacia la policía improvisada del siniestro

Sabe a poco lo caduco de estas fechas,
Pero más los mimos
de la angustia de lo ciego

Cuando estás solo
frente a un supermercado,
con comida tirada por el suelo,
con tus hijos comiendo pan con sueño,
y al día siguiente,
un contenedor de basura con candado
frente a la misma vieja sonriente
coreando la banda sonora Holocausto,
y una chapa reluciente en la solapa 
rezando a la angustia del buscado

"ciudadanos policías, somos todos"