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viernes, 11 de enero de 2013

Luminiscencias inconclusas


Inconexas luminiscencias inconclusas
esbozan contorsiones sísmicas
en la atemporal falla de mis locuciones,
entre las angostas equidades de mis intenciones,
derrumbando la inflexión de mis estancias
hasta convertirme en fango verde,
en el emplaste verde de tus atávicas mascarillas de diario,
las de tus posados de zombie amanerado,
de zombie emborrachado con el amor y la amargura
de la novela que da sentido a nuestras vidas,
nuestra historia reconstruida con esmero,
para mantener nuestra cordura subyugada,
para seguir vivos,
para seguir escribiendo cuentos y poemas,
mientras tú,
otra vez tú,
desde la cocina,
me gritas sulfurosa:

- ¡Pepe!
- ¿Dónde coño has metido los pepinos?
- ¡Joder!