Buscar delicias
entre los ceniceros del metro,
detectando las señales
Padre
siempre dijo
que por el humo se sabe dónde está lo bueno
Sentir el juguetear de dos dedos,
horadando entre cenizas calientes,
palpando entre infinidad de tropezones hirientes,
apartando
protosoluciones candentes,
hasta alcanzar
el clamor de una singularidad
Futuros: perdone… ¿Tiene fuego?
Un crujir de cuello
liberando el entumecimiento articular,
el agarrotamiento muscular
que paraliza el tono cervical
tras otra noche sin techo
Cenicienta: ¿Quién lo pide?
Futuros: ¡Las fuerzas de seguridad!
Cenicienta: ¿Social?
Futuros: ¡No, esas ya no existen…! ¡Las del decoro y las buenas formas!
Cenicienta: ¿Nacionales?
Futuros: ¡…y socialistas!