Sigilo
y silencio,
desde el desfiladero de los mares,
desde la turgencia del aliento
de las sensaciones abismales,
por lo de los abismos,
por lo de cubrir con simas los consuelos
con el punto en boca
¿Te he dicho que me desmiembras?
Hay alientos
que suenan a derramamientos,
igual que abrigos
que pese al calor del forro
seducen más que abrigan
Aun así,
te quiero,
te quiero emocionante desde la sombra de los mudos,
desde las llamas de un castigo,
... quizás por alguna coma,
... quizás por lo sacro,
o por lo de la broma...
quizás…
¿Te he dicho que me gusta que me quemen?