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jueves, 19 de abril de 2012

Ensoñaciones amordazadas


Sentado,
ensimismado

esperando alguna cosa
aunque no sé el que,
junto al parque de los castaños fumigados
contemplaba a un grupo de viejos enfrentados
con sus jaulas cantoras,
mientras alimentaban a los gorriones inquietos
de sus ensoñaciones taciturnas,
cuando entonces
te soñé a ti,
me soñé a mí,
nos soñé juntos

y separados al mismo tiempo,
como siempre nos había soñado,
como siempre habíamos vivido,
entre aquellos paisajes de cristal esmerilado
y aquellas angostas mañanas

amargas de café

Sueños que se diluían al pasar del día
hasta sucumbir

con las puestas de nuestros soles eclipsados,
por las engorrosas moralidades incrustadas
en nuestras sinuosas vidas


Ensoñaciones inmersas en un eterno sin vivir
de dos mundos paralelos,
y los desperdicios asumidos
por nuestros corazones embargados
en el "Qué dirán"

atragantado,
con ese saber estar
amordazado
por las negaciones

de nuestro tiempo