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viernes, 11 de mayo de 2012

Discursos trompeteros


Conseguidos
discursillos trompeteros
resuenan sobre las arenas recalificadas
de nuestras burbujeantes y dulcificadas quimeras,
desde un pasado aparejado,
anegado por un desalentador batir de olas negras,
por un pasarse la patata caliente,
o por el tipificado rebuscar
entre los que resultan prescindibles,
entre los calificados como sospechosos,
o entre los presuntos implicados
y otras cabezas de turco,
a través de un terrorismo informativo edulcorado,
empaquetado y con lacito,
y por unas inmobiliarias lapidaciones a lo vida de Bryan
que terminaron ejecutando a viejos pasteleros,
y a humildes inmigrantes señalados con el dedo,
mientras se toleraban las torturas
y las vejaciones bucaneras
ejercidas por las fuerzas coercitivas de nuestras libertades,
por la incultura de la generalización de tópicos
porque,
salvo que se haya nacido noble,
uno siempre sigue siendo culpable
si no se demuestra lo contrario,
porque el rezar a un dios pagano
sigue sonando a pura herejía
en esta cruzada inquisidora,
de exhortación panegírica,
por el caciquismo telemierda
universalizado y comulgado,
desde un vórtice atemporal
desde el charco de nuestras miserias,
manipulando nacionalismos y banderas
por todo eso que nos hace pensar
en el porque volvemos a las mismas esperas
del no llegar a coger el tren,
del no llegar a fin de mes con un sueldo de mierda,
del volver a esperar otros cuatro años
a los mismos vividores que se turnan los escaños,
esperando unos agonizantes vientos del cambio
que zarandean nuestros barcos
hasta la zozobra
de nuestros imaginarios construidos
apuntalados con la apatía
de nuestras construcciones sociales
de nuestros "todo el mundo lo hace"
del mirar para otro lado
mientras se cercenan nuestra libertades,
mientras se truncan nuestras voluntades
hasta morir cercenados
por esperar