En la falla quebrada
entre el odiarnos y el odiar
lidian huestes de helmintos sin dientes
hambrientos de corazones rotos
Somos y sufrimos
mientras nos esforzamos en no ser
transfiriendo los sentimientos propios del querer
a un polimorfo cupido,
sin ojos ni dientes,
sordo a las notas de las arpas angelicales
de nuestras ilusiones
Sufrimos nos
Nos sufrimos
Odiamos los
Nos morimos
Transitando en el descender
de las negaciones biliosas que nos desamparan
bajo unas farolas de luz ultravioleta,
ultravioladas por enjambres de polillas
adictas a los fotones transgénicos de nuestros ocasos
Hipnotizados,
descontamos pétalos de margaritas secas
por el desconsuelo del negar
lo que hemos sido
y lo que seguimos siendo,
hasta desenamorarnos
de nosotros mismos
entre el odiarnos y el odiar
lidian huestes de helmintos sin dientes
hambrientos de corazones rotos
Somos y sufrimos
mientras nos esforzamos en no ser
transfiriendo los sentimientos propios del querer
a un polimorfo cupido,
sin ojos ni dientes,
sordo a las notas de las arpas angelicales
de nuestras ilusiones
Sufrimos nos
Nos sufrimos
Odiamos los
Nos morimos
Transitando en el descender
de las negaciones biliosas que nos desamparan
bajo unas farolas de luz ultravioleta,
ultravioladas por enjambres de polillas
adictas a los fotones transgénicos de nuestros ocasos
Hipnotizados,
descontamos pétalos de margaritas secas
por el desconsuelo del negar
lo que hemos sido
y lo que seguimos siendo,
hasta desenamorarnos
de nosotros mismos
(Comentario modificado en respuesta a: "Te idealicé" en Los reversos)
Pues mira que te digo: Quiero ser polilla!! jajaja
ResponderEliminarEstupendo poema!
Besos.
Los odiamos nos
ResponderEliminarNos adoramos debajo de las arenas movedizas.
Fluímos.
tus comentarios son una gozada. Tus entradas también
ResponderEliminarLas polillas ultraviolan a las farolas en un círculo vicioso semejante al estado del mundo actual, y nos hacen desenamorarnos de nosotros mismos, ¿se puede ser más cruel?
ResponderEliminarUn abrazo.
De los poemas que he leído en este blog, este es el que más me gusta. Es desconcertante, desgarrador, casi somático. Aunque en este no lo he percibido, el resto me ha recordado a las letras de Kutxi Romero. No sé exactamente qué es, pero tenéis algo en común.
ResponderEliminarHola El sueño de Gilgamesh,
ResponderEliminarGracias por pasar y opinar. Indagaré más sobre tu apreciación respecto al trabajo de Kutxi, al que no conocía. Siempre es bueno descubrir y aprender.
Saludos