Páginas
lunes, 8 de octubre de 2012
Adoración
Perdóname,
porque yo te adoro
Adoro tus finas curvas
festoneadas en el fluir de las esperas,
con la calma tensa
que quiebra un árbol
que resistió a la tormenta
Saboréame
la sal de las herencias,
porque yo soy adicto al néctar
de tus sismos
Abrázame
con un trenzado de púas y esparto,
que lacere mi carne con tus dedos y brazos,
despedazando la catatonía tumoral
que paraliza mi voluntad de seguir
Sondéame,
mientras tu aliento
calma el dolor de mis costuras,
ulceradas por la distancia,
pertrechada
en la tensión superficial que nos separa
Contornéate en mi boca,
sedienta de carne y espasmo,
ansiando vibrar entre tus comas,
con una tensión fractal
que arranque los interrogantes nuestras dudas,
porque hoy soy lahar
en el volcán de tus desmayos
Créeme,
quizás yo no soy lo que esperabas,
pero adoro la inspiración de tus poemas,
hipocentro de mis sismos,
el vibrar con tus relatos,
con tus sueños
y tus vicios