Pensar
es costumbre
Es costumbre el pensar que somos los dueños de algo,
dueños de nuestro coche,
de nuestro perro,
dueños de nuestro cuerpo
Piel recubriendo músculos sangrantes
El andamiaje de nuestros huesos,
cartílagos y tendones,
sostén de la corporalidad humana
Vísceras en movimiento de acompasada sinuosidad
Fluidos corporales canalizados y segregados por glándulas,
torrentes de hormonas,
chutes de neurotransmisores,
una vorágine de sustancias e impulsos eléctricos
que nos ordenan amar
odiar
soñar
pensar que somos dueños de nuestro tiempo,
que somos materia consciente
y en ocasiones
una recreación de Dios
Divina vanidad insolente,
efímera,
ingenua
Es costumbre
pensar
que somos dueños de nuestra alma,
dueños de nuestras palabras,
pensamientos,
deseos
Dueños de nuestros genes,
esos pequeños insolentes
que no vemos
pero sabemos de ellos,
perpetuándose hasta el fin de los tiempos
Es costumbre
pensar
que somos dueños de todo eso que
en ocasiones
cesa en tan sólo un segundo
Desconexión súbita de funciones básicas,
psicosis,
fibrilación ventricular,
y en ocasiones degeneración hasta la incompatibilidad sistémica,
diabetes,
cáncer,
Alzheimer
Indolentes y descuartizadores accidentes de tráfico
envueltos en amasijos de metal, gasolina y carne
muerte súbita
vacío
Es costumbre pensar
y no pensar
en la fragilidad humana
indolente y vespertina,
repentina,
anestesiados por nuestras costumbres
Pensamientos
anestesiados por pensar
y no pensar
Es costumbre
pensar
es costumbre
Es costumbre el pensar que somos los dueños de algo,
dueños de nuestro coche,
de nuestro perro,
dueños de nuestro cuerpo
Piel recubriendo músculos sangrantes
El andamiaje de nuestros huesos,
cartílagos y tendones,
sostén de la corporalidad humana
Vísceras en movimiento de acompasada sinuosidad
Fluidos corporales canalizados y segregados por glándulas,
torrentes de hormonas,
chutes de neurotransmisores,
una vorágine de sustancias e impulsos eléctricos
que nos ordenan amar
odiar
soñar
pensar que somos dueños de nuestro tiempo,
que somos materia consciente
y en ocasiones
una recreación de Dios
Divina vanidad insolente,
efímera,
ingenua
Es costumbre
pensar
que somos dueños de nuestra alma,
dueños de nuestras palabras,
pensamientos,
deseos
Dueños de nuestros genes,
esos pequeños insolentes
que no vemos
pero sabemos de ellos,
perpetuándose hasta el fin de los tiempos
Es costumbre
pensar
que somos dueños de todo eso que
en ocasiones
cesa en tan sólo un segundo
Desconexión súbita de funciones básicas,
psicosis,
fibrilación ventricular,
y en ocasiones degeneración hasta la incompatibilidad sistémica,
diabetes,
cáncer,
Alzheimer
Indolentes y descuartizadores accidentes de tráfico
envueltos en amasijos de metal, gasolina y carne
muerte súbita
vacío
Es costumbre pensar
y no pensar
en la fragilidad humana
indolente y vespertina,
repentina,
anestesiados por nuestras costumbres
Pensamientos
anestesiados por pensar
y no pensar
Es costumbre
pensar
Cogito ergo sum o lo que es lo mismo, matar el tiempo pensando... ;)
ResponderEliminarBesos.
Se me olvidaba... Buena reflexión!
ResponderEliminarBesos.
chatnoir, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEs cierto que se suele pensar mucho y hacer poco. Personalmente, pienso despacio luego existo poquito y hago menos todavía.
Besos de esos
He entrado simplemente porque me ha llamado la atención el dibujo que has puesto y que he visto en el blog de chatnoir, supongo que lo comprenderás, y lo que he visto me ha gustado. Pasaré alguna vez a visitarte. Un saludo.
ResponderEliminarCasi siempre pienso demasiado...en cuanto a lo de creerse dueño de nada, yo soy de gatos, me gustan por lo ácratas. Hay 3 que comparten su vida conmigo, mientras quieran, claro...
ResponderEliminarKisses.
Mi patrimonio cabe adentro del bolsillo de una luciérnaga.
ResponderEliminarTalvez menos. Diablos, no lo sé.
Abrz.
Sí es costumbre pensar, aunque no se piense en nada importante o trascendental.
ResponderEliminarInteresante texto.
Vine a conocerte y me parece interesante tu blog, si lo permites tes sigo.
Saludos.
Pluma roja es sabia y se llama Aída.
ResponderEliminarMaldita bombilla encendida amigo...maldita.
Un abrazo sin pensar.
Pluma Roja, es un honor tu visita a esta también tu casa.
ResponderEliminarHace tiempo que entraba de puntillas en tu blog aguantando la respiración, intentando no ensuciar el suelo con mi casposo caminar, como quien entra en un lugar de culto. Siempre jugaba con el gato como un niño atolondrado y finalmente decidí a comentar… El mariné-ro Bigmouth me aconsejo muy bien en mis primeros pasos.
Gracias por comentar.
Saludos
Bigmouth,
ResponderEliminarla bombilla, algo opaca todavía y llena de polvo oscurecido por los años, con algunas colonias de hongos de difícil clasificación, continúa parpadeando y sacando humo por la combustión de las partículas adheridas a su superficie roñosa. Todavía no se si acabará por encenderse del todo o terminará su ciclo vital apagándose irremisiblemente tras un último suspiro de voltios, en este pútrido sótano con ese indescriptible olor a corrompido que seca la garganta e irrita los ojos… a ver si quedamos para tomarnos unos chupitos de mixturas innombrables antes del ocaso viejo amigo.
Un abrazo
Sbm... me alegro de la coincidencia y de que te haya impulsado a visitar este agujero de polvo y cenizas, aunque por otro lado, siento haber violado inconsciente la imagen de tu avatar, pero el Vitruviano de Leonardo es un todo clásico al que no me pude resistir.
ResponderEliminarSaludos
Sincopada, siempre es bueno llevar poco equipaje.
ResponderEliminarBesos
Divina inmaterialidad que nos da el sosiego de no perder nada, tiempo para disfrutar de lo que encontramos y alas para cuando las necesitamos.
ResponderEliminarSarco, que increíble imagen lo de la luciérnaga...
Saludos y gracias
Cuanto más pienso, menos existo, así que, desde hace varios años, hago y a veces (sólo a veces) pienso.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Humberto, eso es lo más parecido a alcanzar el punto de fusión del hierro en el núcleo de una estrella masiva apunto de implosionar y pasar a Supernova... créeme, algo grande estas cociendo.
ResponderEliminarUn abrazo
solemos olvidarnos de lo más trivial. Creo que hay que pensar para actuar y basta. me gusta
ResponderEliminarLos chupitos son de cobardes, tú y yo a lo grande.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bigmouth, comparto la calidez de tus palabras, pero hablando de chupitos, cobardes y otras fábulas, había empezado a contestar a tu comentario cuando, de repente, me he dado cuenta de que esa iba a ser una nueva entrada.
ResponderEliminarUn abrazo
Ahora mismo pienso que en unas décadas todos los que vivimos ahora habremos muerto, jajajjajaja
ResponderEliminarSaludos.
Jojoaquin, que verdades dices. Como nos comemos el coco y como nos lo comen para acabar tirándonos piedras o dejándonos meter espéculos deconstructores viscerales por cualquier idea ignominiosa, olvidando lo que es la vida, sin más.
ResponderEliminarToro salvaje, esta es una idea recurrente que me persigue cada vez que veo la estupidez humana en acción, en la que me incluyo yo... de aquí a cien años todo humano vivo del planeta estará muerto... aunque ahora se ha de estirar un poco más o hablar del 99,99%
ResponderEliminarSaludos
tu pensar no es costumbre. es vida viva, que muere y siente. un placer asomarme por aquí.
ResponderEliminarEl placer es mío antero...
EliminarLo de pensar... lo intento... superando mi síndrome de indefensión adquirida proletaria...
Un vivido saludo