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lunes, 9 de enero de 2012

Carne y alfileres

Triste pesar
de unas horas huecas
y ese pedunculoso saber estar
de quien ya nadie espera

Esmerilados pensamientos
carcomidos por risas ajenas,
cual fluir de un fuerte ácido
sobre una base débil,
y esa penosa procesión de orugas:
lamento,
nostalgia
y odio corrosivo,
apuntalando
unas ahogadas ganas de gritar
¡Me cago en tu puta madre!
si no fuese
por esa piedra incrustada
entre la faringe y el orgullo,
como un tormento resecado
de arenas decantadas
sobre unos ojos
que ya no lloran

Recuerdos
que no me quitan la sed
de emocionarme
pensando
que te voy a volver a ver

Entrañas deshidratadas
de un caracol sin caracola,
y un triste palmeteo
de un bistec de carne
sobre el mostrador
de una mercería,
pidiendo una caja de alfileres
y un dedal
para disimular
el momento
de mortificarme
con tu recuerdo