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miércoles, 21 de marzo de 2012

Margaritas extirpadas

Deliro en un mundo feliz
con una voz rota por la sal precipitada en tus pestañas
mientras escucho el típico eco de cajita de carne y hueso,
musicalizada por la sublimación de nuestros egos estandarizados,
hipotecados de los sueños compartidos que se deshacen en nuestras manos,
deslumbrados por ver tanta farola rota
de tanto toser besos de desengaño

Recuerdo aquel domingo en el interior del árbol hueco,
allá, en el cementerio de nuestros descuidos,
mientras gozábamos de unos envites desahuciados,
restregados sobre aquellos nombres de enamorados decapitados,
grabados en unas pesadas lápidas de mármol de Carrara,
en las que nos comprometimos a querernos para siempre,
hasta una nueva primavera de sexos florecientes
que desvirtuasen nuestras promesas fatuas
y ahora,
viejos y asustados por nuestros desengañados dientes postizos,
con esa agonía eterna por mirarnos,
por tocarnos,
por fundirnos en una nube de mariposas blancas
sobre un fondo negro de adoquines cementados,
por los poemas tristes de los poetas precipitados
por los descuidos del desamor comprometido

Me lleno de júbilo,
me corro,
salto,
me entierro vivo,
y resucito al tercer día extasiado entre tus brazos
porque te sigo queriendo,
porque esto es para siempre según dicen,
mientras sigo delirando condenas contra el mundo empecinado
en cambiar nuestro delirio de ser libres atormentados,
masoquistas desmembrados
de los sarcasmos e hipocresías
de este mundo calculado,
perseguidos por cupidos Torquemada
de gatillo fácil y miopía progresiva,
que aparecen cada primavera
deseosos de no volver a ver otro otoño de hojas mustias,
olvidando el duro invierno que se alarga para muchos,
floreciendo en primaveras de lluvias recias y siembras grotescas
de brotes tiernos explotados entre charcos de miseria gran reserva

Vivamos nos,
vívanse ellos
violemos nos
viólense ellos
fustiguemos nos
fustíguense ellos
porque yo maldigo las condenas de los iluminados de moral ciega
y de los infames come mundos que vomitan sangre ajena

Ahora,
con mi voz agonizante
por los despropósitos de un amor por las esquinas de tus sienes,
me siento orgulloso brujo sadomaso,
desvalido por placer de unas heridas no deseadas,
y mando mil dragones escupe ácido
de uñas letales y larga cola ponzoñosa,
ávidos por deshacer toda carne inquisitiva de escamas céreas,
deseosa por quemar los desvaríos perdidos no conversos
con la paciencia de unos santos barones autoproclamados,
obcecados en las tradiciones cautivas de sus infiernos florecientes,
con el yugo de nuestros imperios arios institucionales y democráticos,
de nuestros imaginarios tradicionales,
y ensoñaciones folclóricas,
porque hemos de seguir felizmente enamorados
con la cabeza bien metida entre tus ingles depiladas
mientras respiramos la sangre coagulada
de la indiferencia por nuestras entrañas vacías
con un egocentrismo que espanta a los niños sin nombre
y a todos esos prematuros olvidados en sus cajitas trasparentes
que son pasto de un día sin luz de supina indiferencia histórica,
en estos tiempos que les ha tocado vivir
estresados de tanto oír
lo que se repite una y mil veces al día
soy feliz,
soy feliz,
soy feliz,
mientras haces una pausa y sonríes
con tus dientes mellados de vomitar sangre roja y bilis
sobre las margaritas que pusiste ayer en agua

Falos vegetales que capamos felizmente juntos
en aquel prado ausente de todo aprovechamiento humano,
pero felices de narices,
con la guadaña en una mano y una ceguera prematura y noble en la otra,
con una paciente espera por tosernos juntos,
hasta morir de hambre en el desconsuelo de un puto cajero automático,
con nuestra ceguera colectiva hasta los tobillos
pero pacientes y felices,
en amor a dos,
y con esa dicha por revivir nuestro delirio colectivo
hasta vomitar la sangre de nuestras familias
de los vecinos,
de los otros,
en ese nuevo jarrón de margaritas extirpadas,
de órganos sexuales vegetales ya mermados
por el deseo de disfrutar de una nueva primavera en flor
Felices de cojones,
porque
somos felices,
somos felices,
somos felices
...



11 comentarios:

  1. Solo puedo exclamar: La puta de Oros!-perdón por el taco- pero es que le ha quedado brutal, querido Mothman! xD

    Besos.

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  2. Te felicito por esa facilidad de palabra que tienes. Desde el principio hasta el fin.

    Y claro que existe la felicidad habremos de buscarla dentro.

    No te doy la clave pero tu la averiguarás pequeño saltamontes.

    Hasta pronto.

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  3. Y el Rey Arturo posa su espada sobre tu hombro y te proclama Caballero.

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    1. Anda que no! y luego dicen de mi se me va la castaña con los comentarios...jajajaja

      Besos a los dos!

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  4. Esa "felicidad" es chunga, quiero seguir creyendo en que existe una prima buena que me salvará pronto y eternamente.

    Un abrazo.

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    1. Ciertamente, no se trataría tanto de la felicidad como tal sino:
      de una autocomplacencia inducida, mediatizada por algo similar a lo que serían los mantras tibetanos, en busca de una identidad social positiva que aporte ese famoso bienestar ficticio, siguiendo el famoso paradigma del avestruz… más o menos… que bajo mi punto de vista, es muy chungo.

      Abrzs

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  5. ostras no sé qué decir, desde luego después de leerte me dejas mareada de tantas sensaciones, intensísimo si señor.

    Besicoss

    (lo de la felicidad es una leyenda urbana o pastoril, aún no lo tengo claro)

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  6. Yo tampoco sé que decirte hoy porque supongo que me ha pillado en mal día y me ha tocado mucho. Sólo digo: gracias.
    Un abrazo fuerte

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  7. Somos felices...lo somos.
    Bravo excelente poema!
    Pulgares arriba!

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  8. este poema me ha gustado mucho y por esta vez te libras de mis coñas. Me he sentido ligero entre tus versos, como una liebre. Un abrazo

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