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lunes, 31 de diciembre de 2012

Un fin de año diferente II


Empachado de clavos y herrumbres,
despacho este 2012,
con sus fiestas de guirnaldas y pan duro,
sin degollados,
sin ahorcados,
sin gatitos torturados en sus siete vidas,
y sin ninguna pesadilla de desintegración cósmica,
que cuestione de alguna forma
la antimateria que se avecina

De rodillas
frente al denostado muro de los esperpentos,
expiando mi pecado por ser divergente,
expiando el pronto que me pierde siempre,
que no toma forma alguna
de otra forma,
más que sangrando mis entrañas entre los surcos del progreso,
de este neoliberalismo inmoral,
de este neoesclavismo sagital,
siempre al servicio del capitalismo,
que mata gente,
que tortura gente,
que estigmatiza gente,
por ser sólo gente,
y porque sus almas van al cielo,
dejando este valle de lágrimas
para el goce de sus huesos,
reciclados en filas de a uno,
encalándoles sus templos
y sus casas con piscina

Brindo por este fin de año de miserias
y por el negro sismo que se acerca,
sin ondas longitudinales,
sin ondas transversales,
sin ondas superficiales,
con el mismo hipocentro en su epicentro,
tan letal y como antinatural,
construido a imagen y semejanza
del divino fascismo de nuestro circo mediático,
desterrando toda la historia del mundo contemporáneo
de la formación obligatoria del bachillerato

¿Para que saber lo que hizo Hitler?
¿Para qué saber sobre la Revolución francesa?

La misma lobotomeducación que relega al ostracismo
a toda la historia de la filosofía,
esa cosa del pensar
que solo puede derivar
hacia el libre pensamiento,
hacia el único cáncer que puede contaminar este nuevo comienzo
porque parece ser que sólo hay una forma correcta de hacer las cosas,
porque parece ser que sólo hay una verdad racional que gobierna el mundo,
porque el Medievo retorna a los telediarios
con sus caperuzas,
quema de brujas
y antorchas

Construyamos botarates que chupen piruletas
Construyamos subyugados que no nos jodan la fiesta,
que no piensen más,
que sólo amen a su bandera,
y a su díos,
y sino
que mueran
sutilmente,
desamparados,
sin sanidad pública,
sin recursos sociales,

afligidos en su desatendida agonía ,
donando sus cuerpos a la ciencia,
entregando sus órganos para trasplantes,
o siendo procesados
en nuestras privadas plantas de reciclaje
que algunos llamaban hospitales

Esta noche tañerán las doce campanadas,
campanadas que también tocarán a difuntos
entre las doce uvas de la suerte
y tantos y tantos rituales mágicos
que intentarán cambiar el presente,
saciándonos con vehemencia
con un buen puchero caliente,
olvidando seguramente
que las adversidades
se sirven frías
y sin techo

Celebraremos este fin de año
con crujiente de rata en la mesa,
porque gatitos ya no quedan
en esta piel de vaca muerta,
en esta mula sin cabeza
que sólo se alimenta de símbolos,
que revienta los ojos que lloran en sus calles,
que tortura a inmigrantes en las camiserías,
a desamparados,
a estigmatizados,
a indignados

Brindo en estas fiestas señaladas a fuego
por un nuevo año sin torturas espaciales
impunes por decreto
Por el fin de los desahucios de madres y padres,
niños y viejos,
anónimos todos ellos,
borrados de los telediarios de una televisión pública
que ahora es impúdica
Exacerbando su desgracia en una televisión privada
que siempre ha sido telecirco,
mientras celebramos los goles de Messi,

estupefactos por la filosofía de Ronaldo
o por la de la princesa del pueblo
que gana más que un arquitecto,
o que un médico,
o que un ingeniero,
o que cualquiera que produzca algo más que escarnio
en esa inerte visceralidad pública
en la sobre mesa del hambre,
con un cafecito y un puro
o un chute de heroína

Feliz 2013