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miércoles, 20 de agosto de 2014

Querido redentor


Querido redentor,
sé que sabes
y que quizás sabes mucho,
aunque podría ser que no,
pero...
en el fondo,
nada de eso importa

Yo sólo se
que el confín de los orgullos
huele a goma quemada de silenciador

No diré que tu sermón
no me afecte en absoluto,
eso sería mentirte,
aunque los ardiles de telenovela,
los de esa untuosidad profusa
que se caracteriza por el sesgo de la condescendencia
y la tremebunda negación,
nunca han sido silos de mi devoción

Querido redentor,
a veces,
hay historias que parecen cuentos,
que duelen más que la morralla del ángulo de los segmentos,
pero...
aunque suene a tópico,
la realidad acostumbra a ser más cruda que la ficción

Algo grave,
más que la gravedad que ahora me invade,
es enunciarlo con aires de exclusividad,
como algo privativo,
prohibitivo,
inquisitivo,
especulativo…
y con todos los putos "-ivos" del sin fondo
de ese cuenco de cabezas
de tu parcelaria interpretación,
porque en el fondo,
querido redentor,
hablamos del dolor pluriversal
que se encuentra por todas partes,
aunque nos instruyan para no sentir,
para no pensar
para no hablar,
y para no analizar las moralinas conversivas,
que repiten con aliño:

“el silencio es salud”

Querido redentor,
soy consciente que también existen parques y risas,
flores y turgencias,
pero todo eso
lo dejo para los poetas

...En fin,
que quizás todo esto
resulta ser por esas cosas de los eruditos
y de los coches monoplaza,
que limitan el pasaje al buen viaje,
con un orgullo terco de avestruz
que sabe tanto de fangos como de finales felices

Querido redentor,
hay subjetividades amorales
que por parcelarias
desvisten ninfas
para vestirlas con fluidos purulentos,
y violarlas en los rincones oscuros de la compostura,
mientras,
en el sacro trance del mal hallado,
el martirio de los angelitos
se acalla entre los repicares de los campanarios
mientras se follan la vergüenza de sus madres
en el pulpito de las ofrendas
a la virgen de la hipocresía

Querido redentor
desvirtuar las malas formas
parece formar parte del juego,
pero en estos tiempos de silencios sociales
eso me suena a extremaunción