Me dices...
¿Me gozas?
¿Me gozas?
Cada vez que miras de soslayo
el sutil pendular
del postín de tus contiendas
Oculógira henchida,
mientras pienso:
¡Te daría un gran abrazo!
del postín de tus contiendas
Oculógira henchida,
mientras pienso:
¡Te daría un gran abrazo!
Apresurados rasgos de etérea diva
cincelados al aire
cincelados al aire
en el "Den"
de Richard Corben
¡Sutilezas de lo efímero!
de Richard Corben
¡Sutilezas de lo efímero!
Decoro gravitacional,
como quién no quiere,
desde la voluptuosidad astuta
que frisa
por no parecer que se nota
pero...
¡Se nota!
¡Vaya que si se nota!
Supervisando
cada caída de blusa
y el control de la erección
que se descontrola
Nistagmus,
Oteo periférico
y flash angular con mal enfoque,
y ese forzado de ojos
que parece escrutar la punta de las sandalias
¡Si no las puedes ver!
Deseo
a la sombra de un jadeo
que inunda la falta del saludo
en un paso de peatones cualquiera,
y yo,
todavía con esa sonrisa idiota
que se le queda a uno
cuando la imagen explicitada
decora la vergüenza implícita
de la estupidez
que se atraganta tras la cara
que inunda la falta del saludo
en un paso de peatones cualquiera,
y yo,
todavía con esa sonrisa idiota
que se le queda a uno
cuando la imagen explicitada
decora la vergüenza implícita
de la estupidez
que se atraganta tras la cara
¡Respira!
¡Inspira!
¡Expira!
Un transpirar acompasado
¡Inspira!
¡Expira!
Un transpirar acompasado
induciendo al
atropello del tumulto,
mirando hacia otro lado,
hacia las pesquisas
de las persianas
del gordo barbudo de su izquierda,
el que me sorprende
para hacerme morritos,
el hijo puma
¡Vomitar!
Vomitón,
comprendo lo que se gira
cuando se cruza el brío de la espiga,
ebrio de admiración
¡... y encima huele bien!
Perfume de jazmín,
entre un sutil vuelo de miradas tangentes,
y mientras,
el gordo barbudo que continúa a lo suyo,
sacándome la lengua
a la altura de la oreja
que transfunde su vapor
¡Qué asco, cacho marón!
Semáforo parpadeante,
esperando rojo
Prisas,
y palpitares tremebundos
con sabor a cloro
porno
¡Sabe a agua de piscina!
Pensando en biquinis,
y monoquinis,
y un atolondrado caminar
por la arena de la playa
¡Qué sofoco!
Me giro,
pero no atino,
mientras
me sigue mirando el hijo de barracuda
con su panza peluda
pinzandose los pezones
¡Qúe hiena!
¡Insólita escena!
...y el gordo venga a lo suyo,
lanzándome un besito volador
con soplo de besugo,
gritándome ceñudo
¡Yo también te quiero!
¡Guapo!
del gordo barbudo de su izquierda,
el que me sorprende
para hacerme morritos,
el hijo puma
¡Vomitar!
Vomitón,
comprendo lo que se gira
cuando se cruza el brío de la espiga,
ebrio de admiración
¡... y encima huele bien!
Perfume de jazmín,
entre un sutil vuelo de miradas tangentes,
y mientras,
el gordo barbudo que continúa a lo suyo,
sacándome la lengua
a la altura de la oreja
que transfunde su vapor
¡Qué asco, cacho marón!
Semáforo parpadeante,
esperando rojo
Prisas,
y palpitares tremebundos
con sabor a cloro
porno
¡Sabe a agua de piscina!
Pensando en biquinis,
y monoquinis,
y un atolondrado caminar
por la arena de la playa
¡Qué sofoco!
Me giro,
pero no atino,
mientras
me sigue mirando el hijo de barracuda
con su panza peluda
pinzandose los pezones
¡Qúe hiena!
¡Insólita escena!
...y el gordo venga a lo suyo,
lanzándome un besito volador
con soplo de besugo,
gritándome ceñudo
¡Yo también te quiero!
¡Guapo!
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